La revolución de las actitudes, percepciones y comportamientos

5/5/2020

Las políticas para controlar al COVID-19 han cambiado nuestros hábitos de trabajo y de consumo radicalmente. La historia muestra que tales cambios no siempre son temporales: las crisis pueden transformar profundamente nuestro sistema de creencias y comportamientos.

Debemos considerar que históricamente las actitudes y comportamientos son moldeados por crisis sociales significativas. Las interrupciones severas en la cadena de suministro pueden causar cambios fundamentales en las conductas y creencias sociales, dando paso a nuevas normas, formas de trabajo, necesidades y comportamientos de los consumidores, algunos de los cuales persisten a largo plazo.

Algunos ejemplos históricos de cambios sociales provocados en momentos notables de crisis:

  • La Peste Negra, puso fin al feudalismo y marcó el comienzo de la Ilustración.
  • El impacto de la Segunda Guerra Mundial impulsó una aceleración de la participación femenina en la fuerza laboral.
  • Los ataques terroristas del 9-11 reestructuraron las políticas de transporte y seguridad en todo el mundo.
  • El brote de SARS de 2003 en China cambió las actitudes hacia las compras: Aunque la crisis fue de corta duración, muchos consumidores continuaron utilizando canales de comercio electrónico, facilitando el camino para el surgimiento de Alibaba y otros gigantes digitales.

Los cambios duraderos en las conductas sociales, las políticas, el trabajo y el consumo evidentemente también surgirán de la pandemia de COVID-19:

No se puede predecir con precisión cómo se transformará las perspectivas de la sociedad, pero es posible ver un mayor enfoque en la preparación para crisis, la desigualdad social, la solidaridad social, el consumo localista y el acceso a la atención médica. A nivel individual, también es posible que podamos ajustar la forma en que vemos el equilibrio entre el trabajo y la vida familiar, recordando lo que es realmente importante para nosotros.

Los ajustes en el consumo de comestibles, productos de farmacia, compras en línea y plataformas de streaming, han aumentado notoriamente en comparación con los niveles anteriores a la crisis. Por otro lado, los viajes, conciertos y compras de ropa han hecho lo opuesto. Sin embargo, no debemos esperar que todos estos cambios se mantengan. Debemos distinguir entre consumo pausado, acelerado y los nuevos patrones de consumo más permanentes.

Además, no debemos esperar que los hábitos de consumo cambien solo entre los productos existentes, -aquí es donde se vuelve interesante-, esto abrirá la puerta a nuevas ideas, y productos con gran oportunidad de éxito y con efectos más permanentes. Es probable que las nuevas necesidades que surjan en esta crisis impulsen la innovación duradera en múltiples áreas, como tecnología, herramientas de colaboración digital o configuraciones accesibles de oficinas en el hogar.

Es importante permanecer muy atentos al movimiento para visualizar el campo de posibilidades observando cambios fundamentales de actitud y comportamiento para crear mapas de modelos potenciales de innovación.

Es demasiado pronto para saber cuál de estas posibilidades se establecerá firmemente. Se pueden buscar pistas en China sobre qué nuevos comportamientos podrían quedarse. Sin embargo, aunque ese país está regresando paulatinamente a la ‘normalidad’ no ha regresado a su estado anterior a la crisis.

Referencias: www.cio.com article: post-covid-19-finding-the-new-normal

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