En los inicios de la informática, se definía la plataforma con palabras para denotar un entorno de desarrollo de programación de software con lenguaje, tiempo de ejecución, componentes, bibliotecas y binarios, etc. que en años posteriores empezaríamos a llamar «una aplicación”.
En una conceptualización posterior y en base a su uso, se definió que la plataforma sirve como fundamento y tiene su propio conjunto de reglas, estándares y restricciones que dictan qué hardware y software se puede construir y cómo debería funcionar cada uno.
Las plataformas de software se dividen en 2 categorías generales:
En la actualidad la plataforma se ha convertido en algo ligeramente diferente. Cuando solíamos pensar en una plataforma como el sistema informático subyacente, ahora es probable que tengamos que aceptar el hecho de que la industria considera que una plataforma es cualquier cosa sobre la que se pueda construir. Para ser más claros, una plataforma podría ser su teléfono inteligente, es decir, tiene su propio factor de forma de dispositivo y su propia capacidad para interconectarse con otras transmisiones de software, por lo tanto, es una plataforma con la que puede hacer otras cosas que originalmente no estaban previstas.
Sin embargo, –y esta es la gran innovación con respecto a la idea de plataforma–, hay algunos tipos de software de aplicación que también son plataformas. La clave es, si el software en cuestión sirve de soporte para que se construya algo sobre él. Algunos ejemplos de software de aplicación como plataformas son:
Los navegadores web (por ejemplo, Chrome, Safari, Internet Explorer), los sitios de redes sociales, como Facebook, Twitter y los videojuegos que admiten mods o modificadores, también se consideran plataformas.
“La plataforma tecnológica es cualquier cosa sobre la que se pueda construir.”
Esta transición entre la visión limitada de plataforma (software y hardware), hacia la actual, donde el universo de la plataforma tecnológica es casi ilimitado, ha impulsado un cambio en la forma de hacer negocios, impactando específicamente en la forma en que se gestiona cada proceso en una organización.
La vanguardia en procesos la llevan las plataformas digitales de negocios, que operan desde la nube haciendo viables las operaciones comerciales en tiempo real y facilitan adaptación a los requisitos cambiantes de los clientes y del mercado (pagos en línea, procesos de facturación, procesos on boarding, etc.).
Es decir, las soluciones de negocios típicas (hoja de cálculo, por ejemplo) tienen una lógica empresarial predefinida que reduce su amplitud máxima de alcance. Por el contrario, las soluciones contenidas en plataformas separan las funciones lógicas de las aplicaciones para que se pueda construir y adaptar una estructura de TI responsiva hacia el cambio, por ende, los resultados son innovadores y, por ejemplo, la plataforma de aplicaciones de una empresa puede estar haciendo algo notablemente diferente cinco años después de haberse establecido definitivamente.
Las plataformas digitales de negocios, también proporcionan un enfoque para diseñar e implementar arquitecturas TI flexibles, permiten un desarrollo e implementación rápida y rentable de un nuevo tipo de aplicación empresarial de front office y ayudan a amortiguar el peso de la inversión tecnológica.
El software se ha transformado de su modo predecible anterior donde era estable, cierto, y sistemático a un nuevo estado de ‘agilidad’ donde es exploratorio, flexible, y hecho a la medida. Impulsando nuevas formas y modelos de negocio.
Las empresas con una estrategia de negocios orientada a añadir valor a su marca, alcanzarán el éxito dependiendo su nivel de apertura y disposición para adaptarse rápidamente a las soluciones de softwares de automatización contenidos en las plataformas digitales de negocios actuales.