Más allá de las noticias impactantes, la actual crisis de salud mundial está catalizando la innovación en organizaciones de todo el mundo. El vínculo entre la creatividad y dificultades, siempre ha sido una característica intrínseca de la creación extraordinaria. No es casualidad que los tiempos de complejidad social, económica, política o personales generen una explosión de actividad creadora.
En estos días los ejemplos son abundantes de cómo algunas empresas cambiaron ágilmente su producción principal para elaborar ventiladores, cubre bocas o la colaboración entre los dos gigantes Google y Apple para el rastreo de contactos para COVID-19. En cada industria, las organizaciones están llevando al mercado sus ideas más creativas orientadas a soluciones en un tiempo récord.
Es un tiempo único donde el conjunto de factores está favoreciendo la concepción de nuevas ideas. En el momento en que un ser humano se encuentra en su estado más crítico, el cerebro comienza a generar nuevas conexiones neurológicas en la búsqueda de resultados. Algunos de los grandes inventos y descubrimientos se crearon en momentos de conflicto, crisis o de necesidad. Una crisis puede ser una oportunidad perfecta para que una persona, empresa u organización trascienda.
En contraste, una situación de crisis ofrece la oportunidad de re-enfocar la visión hacia la imaginación e innovación como respuesta a una problemática clara y muy real, para generar productos novedosos, añadiendo un valor único a la organización. Razón por lo cual este momento está poniendo a prueba el talento y capacidad del líder empresarial para resolver inteligentemente los problemas. Ante la dificultad la capacidad de reacción buscará la priorización, provocando menos resistencia y apertura mental en la búsqueda de soluciones radicales, haciendo un mejor trabajo en la elección de procedimientos para obtener un resultado a una meta común.
Es importante remarcar que los líderes empresariales comparten tres rasgos determinantes que los diferencian de otros dirigentes: primero, gestionan el riesgos, segundo, son hábiles navegantes de la incertidumbre y tercero -la cualidad más importante-, aprenden más rápido porque se encuentran entre los mejores experimentadores, no les preocupa estar equivocados, pero cambiarán de dirección rápidamente cuando lo estén. Saben que la inacción es peor que cometer un error. En consecuencia, son los líderes empresariales los indicados para prender la chispa en sus equipos y poner en acción al ingenio creador.
Al mismo tiempo, es el momento para detectar a los futuros líderes, los que demuestren tener el carácter para sobreponerse a la situación, tomando la iniciativa para ofrecer soluciones que aporten luz en medio de la oscuridad.
Trabajar creativamente puede ser el inicio de la recuperación hacia un nuevo sentido del quehacer empresarial. Encontrando el humor, lo inusual, la belleza, lo impactante, y aplicando con valentía esta creatividad en las organizaciones es que realmente lograrán marcar la diferencia y obtener recordación, reconocimiento y continuidad. Aprovecha el momento.
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