Una recesión generalmente se asocia con una disminución en la actividad comercial y un aumento en el desempleo. Sin embargo, las recesiones también pueden conducir a la innovación y al desarrollo de nuevas fuentes de ingresos. Estas situaciones pueden actuar como aceleradores de la transformación, impulsando a las empresas a generar nuevos productos y servicios.
Las empresas que emergen de las recesiones con nuevas fuentes de ingresos suelen ser las más valiosas. Esto se debe a que han sabido adaptarse a los cambios del mercado y encontrar nuevas formas de satisfacer las necesidades de los consumidores. Como resultado, a menudo están mejor posicionados que sus competidores para prosperar después de una recesión.
En períodos de turbulencia económica es posible encontrar oportunidades:
Las empresas que se consideran a prueba de recesión son las que parecen continuar sin cambios mientras el resto del mundo se desmorona a su alrededor, y cuentan con las siguientes características:
También una forma de crear un negocio a prueba de recesión es tener una base de clientes diversificada. Significa atender a diferentes mercados y ofrecer productos o servicios que atraigan a una amplia gama de personas.
Sin embargo, la forma más importante forma de crear un negocio a prueba de recesión es innovar sin importar el tamaño de la empresa u organización. Significa ser flexibles y crear constantemente nuevas ideas y productos que mantengan a los clientes comprometidos.
En el mundo empresarial la innovación se suele utilizar para referirse al desarrollo de nuevos productos o servicios y/o modelos de negocio. Sin embargo, también puede referirse a conceptos más abstractos, como nuevas formas de hacer las cosas o pensar.
En un mundo que cambia rápidamente, la innovación es cada vez más importante para mantener la ventaja competitiva. En última instancia, se trata de encontrar mejores formas de hacer las cosas y es un ingrediente fundamental para el éxito en el mundo actual. Si se recorta presupuesto de innovación, es probable que se tengan dificultades para alcanzar a los rivales que estén invirtiendo en nuevas ideas y tecnologías.
La innovación permite a las empresas mejorar sus procesos, introduciendo productos o servicios nuevos y mejorados en el mercado. Esto, a su vez, puede conducir a una rápida expansión y una mayor rentabilidad. Ayuda a las empresas a ser más eficientes, mejorando sus resultados. Durante tiempos de recesión, las empresas que pueden innovar, adaptarse y ofrecer nuevos productos y servicios al mercado tienen más probabilidades prosperar en condiciones económicas difíciles.
El éxito en la innovación depende de muchos factores. Sin embargo, la cultura es un ingrediente esencial. Las empresas innovadoras tienen una cultura que nunca está satisfecha con ser lo suficientemente buena, acepta el riesgo en la búsqueda de ser mejores y acepta los reveses temporales como parte inevitable del proceso.
Esta cultura de innovación a menudo se nutre de líderes visionarios que establecen objetivos ambiciosos y crean un entorno en el que los empleados se sienten empoderados para experimentar y asumir riesgos. Además, las empresas innovadoras suelen tener modelos comerciales que les permiten adaptarse rápidamente a los cambios en su industria o ingresar a nuevos mercados.
Finalmente, los innovadores exitosos a menudo vigilan de cerca lo que sucede en ciertas industrias o en otras industrias distintas a la suya. Siempre están buscando formas de aplicar nuevas ideas a su propio negocio. En el mundo actual que cambia rápidamente, la innovación es más importante que nunca.